SE DESMORONA LA GLOBALIZACIÓN
- alvarogadmon
- 12 jul 2022
- 3 Min. de lectura

Recientemente ha tomado fuerza el concepto de Desglobalización en distintos medios de cara a la crisis que tenemos ante nosotros este 2022. Por años, incluso décadas, las cúpulas occidentales de liderazgo promovieron los sueños de bonanza de un planeta global. Pensar en cero fronteras, interdependencia total y un mercado que no discriminase países, geografías o ningún atributo humano (raza, credo, origen, religión, etc.) era el sueño de tecnócratas, políticos y economistas. Nos educaron idealizando este modelo y, al menos en mi caso, puedo decir que lo compré totalmente.
Históricamente la civilización ha experimentado avance y retroceso en la apertura de fronteras para productos, servicios, personas, valores y cultura. Reviviendo un tanto las décadas iniciales del sigo XIX cuando las hoy grandes economías del sureste asiático apostaron por la agricultura como motor de desarrollo, la cual posteriormente dio sólida cabida a la manufactura y eventualmente a economías robustas que hoy tienen su cimiento en la economía de servicios, desarrollo de tecnología y otras actividades de innovación.
Habiendo sentado ese precedente, no podemos dejar de hablar de los momentos de la historia (60s y 70s) donde las fábricas en Europa y Estados Unidos comenzaron a cerrar para enviar sus producciones a Japón, Taiwán y Corea. Eventualmente todo terminó en China (la fábrica del planeta). Muchos dirán que China ya no lo produce todo y es cierto. En las últimas dos décadas, grandes volúmenes de producciones de consumo popular han emigrado a Bangladesh, Cambodia o Vietnam debido a los crecientes salarios en China. Es un hecho, fabricar en China hace mucho tiempo dejó de ser muy barato. Sin embargo, China sigue teniendo la exclusiva de muchos productos que simplemente no se producen en otra parta de la Tierra.
Entonces, ¿la desglobalización qué? ¿Va, viene o ninguna de las anteriores? Hay dos corrientes, como en muchos temas, una de extremo y otra moderada.
La visión extrema establece un caótico escenario en el que el comercio como lo conocemos hasta ahora se extingue y surgen fronteras rígidas, reviven regiones productoras para mercados internos y el intercambio internacional se reduce dramáticamente. Esta visión habla de un proteccionismo creciente y casi medieval. Las izquierdas que han surgido en gobiernos alrededor del planeta comulgan con el proteccionismo, con el populismo nacionalista, con políticas de antaño… en pocas palabras con cualquier política que satanice la globalización, el libre mercado o el neo-liberalismo (diabólico, de la mafia del poder ;)
Por otro lado, hay una visión de menos extremismo que sugiere imposible dar marcha atrás al ambiente global actual. Establece que habrá sin duda una lentobalización (“slowbalization” en inglés, de antemano disculpa al lector por mi atrevimiento en la traducción). Sin duda hay una gran parte de la economía global que viene pasándola mal hace rato. Sin embargo, también el crecimiento ha continuado y eso significa que hay empresas y negocios que han retomado el progreso y crecen, venden, evolucionan y continúan en un camino multiplicativo.
Extremo o no, neo-liberal o retrograda-populista, la visión se respeta y no pasa de ser simple y chismosa teoría. Los hechos son claros: a) cada vez más empresas que tienen una cadena de suministro en Asia están moviendo sus geografías de abastecimiento a regiones más cercanas, alternas, o incluso locales. China perderá clientes, empleos y fuentes de ingresos por exportación. Países donde casi se extinguía la manufactura, tenderá a retoñar de la nada. Empresas que juraron nunca volver a fabricar (ejemplo real!) están montando líneas de producción. Negocios que fabrican producto A, están experimentando con productos B y C que nunca pensaron que fabricarían.
Esos movimientos tenderán a fortalecer el comercio local en todas las latitudes. Se reducirán las importaciones y exportaciones como tendencia. Aunque también habrá casos donde crecerán desmedidamente las operaciones internacionales debido a disrupciones circunstanciales. Ejemplo claro, Alemania tenía toda su cadena de suministro de gas en Ucrania. ¿A dónde irán ahora que esa línea de abastecimiento crítica esta cerrada? Estos son algunos ejemplos de desglobalización real.
Esperemos un fin de 2022 de sorpresas y altibajos. No hay duda que 2023 es casi inestimable. Viene aun la turbulencia pero personalmente creo ya va de salida. Nos esperan oportunidades (como en cada crisis, por si no lo tenemos aun claro ). La historia se repite hasta cierto punto y se mezcla con incertidumbre marcada por todos los eventos significativos de 2020 a la fecha. ¿Quiéres saber más? Escríbeme directo!
Felices negocios digitales!
-AG-
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